Cuando los niños inician la etapa de las
operaciones formales, su pensamiento comienza a distinguir entre lo real
(concreto) y lo posible (abstracto).
Una vez lograda la capacidad de resolver
problemas como los de seriación, clasificación y consideración, el niño de 11 a
12 años comienza a formarse un sistema coherente de lógica formal. Al finalizar
el periodo de las operaciones concretas ya cuenta con las herramientas
cognoscitivas que le permiten solucionar muchos tipos de problemas de lógica,
comprender la relaciones conceptuales entre operaciones matemáticas por
ejemplo, 15+8=10+13, ordenar y clasificar los conjuntos de conocimientos.
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